Los dados eternos

Autor/a: 
Libro al que pertenece: 
Los heraldos negros
Año: 
2009
Editorial: 
Castalia
Poema incluido en el disco: 
Audio del poema musicalizado: 

 

Dios mío, estoy llorando el ser que vivo; 
me pesa haber tomado de tu pan; 
pero este pobre barro pensativo 
no es costra fermentada en tu costado:
tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre, 
hoy supieras ser Dios; 
pero tú, que estuviste siempre bien, 
no sientes nada de tu creación. 
Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, 
como en un condenado, 
Dios mío, prenderás todas tus velas, 
y jugaremos con el viejo dado... 
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte 
del universo todo, 
surgirán las ojeras de la Muerte, 
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios mío, y esta noche sorda, oscura, 
ya no podrás jugar, porque la Tierra 
es un dado roído y ya redondo 
a fuerza de rodar a la aventura, 
que no puede parar sino en un hueco, 
en el hueco de inmensa sepultura.